El topónimo Membrilla y su gentilicio membrillato

EL TOPÓNIMO MEMBRILLA Y SU GENTILICIO MEMBRILLATO
(Isabel Villalta. Soc. Casa Bruneto 2005)



Fragmento
2.3. Razón histórica de la nueva asociación etimológica en el resultado “Membrilla”
La asociación o analogía establece una correspondencia de sentido o de expresión entre formas de la lengua habitualmente cercanas. Produce así, como vemos, una asimilación de formas semejantes según unos modelos preexistentes, que lleva a la creación de nuevas palabras y a borrar el verdadero origen etimológico de éstas. Para Ferdinand de Saussure, importante lingüista suizo de principios del siglo XX, autor del Curso de lingüística general (1916), la analogía es el principio de todas las creaciones de la lengua que en efecto son el resultado de asociaciones complejas y de acción de modelos determinados. Pues bien, el modelo que ahora iba a ejercer su influencia sobre el estadio evolutivo “mamblilla” era el nombre del fruto “membrillo”.
El importante vigor que tendría la utilización de esta palabra entre las gentes de la población y su entorno está avalado, principalmente, por las informaciones próximas cronológicamente a esa época (21), pero también por la realidad lógica que consecuentemente se establece respecto al estudio y conocimiento de las formas de economía de la sociedad cristiano-árabe y los tipos de cultivo que se producían en los campos de la España musulmana.

Los árabes fueron mayoritariamente agricultores y excelentes técnicos en sistemas de regadío. Sus métodos de irrigación, con el desarrollo de norias, acequias y canalizaciones, los pusieron en práctica especialmente en las zonas agrícolas más fértiles de los campos de al-Andalus. De este modo potenciaron el rendimiento de la tierra y la hicieron más productiva, a la vez que introdujeron en ella nuevos cultivos. Los hortifructícolas eran generalizados en la vega y cuencas de ríos como el Ebro, Guadalquivir y Guadiana y todo su radio de afluentes, y en sus riveras crecían tupidos y cosecheros huertos (almunias). Por tanto, la vega del Azuer, que se extendía por el campo del Tocón y a cuya orilla derecha aguas abajo se elevaba la “mamblella” que sostenía el baluarte moro y se extendía la población donde habían establecido su residencia gentes beréberes de la avalancha invasora, sin duda fue una zona rica en huertas. En ellas se criaban alcachofas, berenjenas, lechugas, rábanos, zanahorias…, habas, habichuelas, azafrán, alfalfa, cercados estos espacios o alternados con árboles frutale. Entre ellos, el membrillo tuvo principal importancia. 

Membrilla, por Pier Maria Baldi

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