Crónica de un año en mis actividades y proyectos


Crónica de un año en mis actividades y proyectos

Buenos días, lectores:

Esta es una memoria personal pero también plural: hay en ella muchos nombres y afectos, alegría, esfuerzo, compromiso… días felices compartidos. Va.

Tras presentar entre los meses de noviembre y diciembre de 2017 mi último libro individual, El dolor de la música (Edit. Llanura, colección Erato de Poesía, 2017) en Membrilla y Manzanares en el marco de los ciclos de música de Santa Cecilia, a continuación en el Convento-Museo de la Merced de Ciudad Real, donde me acompañaron en la mesa mis apreciados amigos Restituto Contreras y Cosme Jiménez, y para finalizar en la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid, en un acto de Mesa Redonda acerca de la actualidad de la lectura digital o impresa y de otras presentaciones, con mis compañeros de la Asociación de Escritores de la región, se adentró 2018 y a finales de febrero Antonio mi marido y yo viajamos de ocio a Marruecos.

Circuito Ciudades Imperiales. Marrakech, Rabat, Mequinés, Fez y recorrido más ligero por Casablanca y, detenido y admirable, por las ruinas romanas de Volúbilis, situadas en el corazón del Medio Atlas. Nueve días impresionantes y magníficos con otros compañeros españoles y portugueses de circuito (viaje registrado en libro independiente).

Allí me llegó vía teléfono desde Manzanares la invitación a dar una conferencia para las Jornadas Medievales que celebra mi localidad de residencia, Manzanares. Mi respuesta fue positiva y ante la pregunta de los convocantes, la asociación cultural el Zaque, de si de la charla saldría un libro, conociendo ellos mis publicaciones de toponimia, mi investigación se extendió, no solo al ámbito lingüístico-etimológico de la población, tema que escogí a mi regreso, sino también de toda la microtoponimia de su término municipal.

Fue una primavera y verano intensos en el escritorio.

Se complementaba esta actividad con otras relacionadas, como la toma de fotografías que ilustrasen el estudio o, en la vertiente creadora de poesía, recital Encuentro Oretania de Poetas en el Castillo de Calatrava la Nueva, colaboración en el nuevo libro del mismo Encuentro (por quinto año desde que Julio Criado y Luís Díaz-Cacho iniciaron, hacía diez, el proyecto editorial), envíos también recién creados a otras publicaciones colectivas o convocatoria de premios, como el trabajo de Mantenedora en la Entrega de Galardones del Certamen “Pan de Trigo” de La Solana para el otoño o el poema que cada año me selecciona, entre casi quinientos participantes, el Grupo Orola para su publicación del Premio Internacional de Vivencias “Facer Españas”; asistencia a recitales de otros compañeros en diferentes lugares o, en fin, mi cita para Raíz y Rama Noches en la Piscina, que este año, desde los cinco anteriores en que venía organizando el recital, tendría publicación impresa bajo mi sello editorial y colección que estaría a mi dirección y coordinación, como un rico proyecto que me reclamaba y que desea un largo e interesante recorrido.



Teo Serna, Alfredo Sánchez, Nieves Fernández, Francisco Caro, Teresa Sánchez, Isabel Villalta, Juan José Guardia, Julián Gómez, María José Maeso, María Antonia García de León, Martín Gómez-Ullate, un amigo cantaor de este último y Jerónimo Calero

Avanzaba 2018 con estas actividades. Llegó agosto y en su sábado de luna llena, como hago siempre coincidir, celebramos en la piscina de mi urbanización el ya tradicional Recital de Música y Poesía.


Una reunión de más de veinte personas entre amigos poetas y acompañantes diciendo sus poemas entre los acordes de la música del órgano de Ambrosio Sánchez-Ballesteros. La belleza de una noche veraniega entre amigos, cálidamente coordinados por las artes de Erato y posterior cena y tertulia sobre el césped a la tenue iluminación nocturna, quedaba sellada este año, no solo en mi blog, como en las otras cinco ediciones anteriores, sino también en una agradable revista literaria que estaría en las manos de los participantes y en las estanterías de la Biblioteca Municipal, asociaciones y otros amantes personales de la lectura.

Presenté la revista esa noche, con presencia de los medios de comunicación locales, y se la entregué a mis compañeros y demás asistentes, anunciando durante la velada que la seguiría otra de creación científica, ambas de salida anual alternándose cada seis meses.

Cuando ha correspondido, ha habido respuesta plena a mi proyecto Raíz (ciencia) y Rama (poesía), este heterónimo que acompaña mi cuaderno digital desde su puesta en marcha hace unos años y ahora se completa en el encabezamiento de estas publicaciones impresas (además de digitales) que, siempre, pretenden ser colectivas, en las que participen poetas y escritores o estudiosos de diferentes ciencias, rebasando de forma generosa y, a la vez, agradecida, la individualidad mía o de cada uno.

Fue cundiendo el año 2018 entre otros asuntos familiares o profesionales, personales o colectivos (fiestas, bodas, viajes cercanos de un día, cumpleaños, tardes relajadas en la piscina…) y llegó el día 27 de septiembre en que, tras dejar casi pulido el texto de mi libro de toponimia sobre Manzanares, di la conferencia en la Casa Malpica, sede en la ciudad de diferentes exposiciones, como la muy interesante del torero de la Generación del 27 Ignacio Sánchez-Megías, muerto en la feria del verano de 1934 en esta plaza de toros y para el que Federico García Lorca compuso su celebérrimo y estremecedor Llanto por Ignacio Sánchez-Megías (A las cinco de la tarde, eran las cinco en punto de la tarde…), o el Museo del Queso así como de diferentes actos.

La charla presentó envergadura de elaboración previa, pues, además de exhaustiva investigación por mi parte para no caer en errores o presentar cada apartado de la forma más finamente posible, entre Jerónimo Romero-Nieva, mi cordial mentor, y yo preparamos una proyección de fotos que irían pasando a través de la charla, ilustrando el tema: Manzanares, un topónimo árabe y toponimia del término de la localidad. Hubo afluencia de público masiva en lo que cabe la sala. Agradecimiento por mi parte y también de Jerónimo.

Tras seguir analizando, corrigiendo y perfeccionando mi trabajo a lo largo del invierno que acaba de pasar, el título final del libro, que verá la luz, espero, este año 2019, es Manzanares, a través del árabe (la segunda parte no cambia su nomenclatura).


El siguiente 6 de octubre a esa jornada de conferencia viajé ahora a Israel, donde de nuevo me acompañaba Antonio, casi siempre juntos a todas partes como una inseparable relación feliz y armoniosa desde nuestros años más jóvenes. Este viaje era con motivo del segundo Congreso Internacional de la AECLM. Íbamos ocho compañeros escritores, entre ellos el presidente de la Asociación, Alfredo Villaverde, la Secretaria General Almudena Mestre y el Vicepresidente Miguel Romero, este último quien puso en marcha el contacto con judíos sefardíes establecidos en Tel Aviv y Jerusalén para este fin; venían también dos músicos, Cristina Feiner y Josema Martínez, que musicaron poemas nuestros.

En el destino, en cinco días de estancia mantuvimos, sucesivamente por este orden, primero: un interesante encuentro en la Casa del Escritor, situada en el puerto de Tel Aviv, con nuestros anfitriones, escritores en lengua hebrea o española o ambas a la vez conducidos por la escritora y poeta Margalit Matitiauh, quien tiene sus raíces sefardíes en León, y desplazada la familia a Grecia y después a Israel tras la expulsión de España en 1492. Sus testimonios en la experiencia de la larga y difícil diáspora, su talento cultural y su calidez humana nos conmovieron e hicieron que se estrechara, tras los siglos, el vínculo histórico entre ellos y nosotros.
En este acto de recibimiento, con un agasajo de platos típicos preparados por las mujeres del grupo de escritores sefardíes, lecturas y música compartidas; acto denso, ameno, interesante y fecundo y con los textos de todos traducidos al hebreo y al español, correspondientemente, por una excelente traductora española establecida en Tel Aviv, nos recibió también el Embajador de España en Israel, don Manuel Gómez-Acebo, quien tuvo unas cálidas palabras de bienvenida y valoración del acercamiento y presenció el interesantísimo acontecimiento de hermandad en la palabra y las raíces geográficas.

En segundo lugar, se organizó, igualmente con nuestra presencia y participación, un simposio en la Universidad Bar-Ilán y dentro de ella el Instituto Salti, que vela por la conservación de la cultura judaica y la lengua sefardí. Una magnífica mañana de ponencias de unos y otros doctores, profesores y escritores poniendo de relieve la multitud de aspectos de herencia judía en España, Israel y por el mundo, en la experiencia personal histórica, la literatura, las costumbres, las escuelas rabínicas, la Escuela de Traductores de Toledo, la música, etc.
Entre ponencias y ponencias, se nos ofreció un magnífico recital de música y canciones de haquetía o “música del habla”, típica de las comunidades judías del norte de África, donde se establecieron igualmente tras la segunda destrucción del Templo de Jerusalén o las capitulaciones de la toma de la Alhambra en 1492, con su expulsión de España.

La jornada, por tanto, emocionante, conducida por el director y profesor señor Shmuel Rephael, concluyó con el cortés ofrecimiento de una comida en el Centro Educativo y la visita a un interesante archivo de libros, revistas y periódicos escritos en sefardí y hebreo a lo largo de los siglos.

Personalmente, tengo el sano orgullo de que este simposio, a petición del director, se cerró con la lectura de mi poema Aquí está Sefarad, una memoria de la diáspora hebrea que había estremecido el corazón de los asistentes al acto del día anterior en la Casa del Escritor, entre ellos este profesor, y quiso que se escuchara aquí de nuevo. Traducido al hebreo, como lo leyó Margalit Mathitiau, está en mi poder y en el libro del Encuentro junto a las ponencias de mis compañeros.

La jornada penúltima en Tel Aviv, en tercera actividad del Congreso, asistimos a otro encuentro en el Instituto Cervantes de la ciudad.

La cordial bienvenida de su director, Julio Martínez, y de un numeroso público, la mayoría de edad, de habla española desde su procedencia en países hispanoamericanos, donde padres, abuelos o bisabuelos se exiliaron de Europa huyendo del holocausto nazi, hombres y mujeres igualmente de cultura judaica y de un vasto conocimiento y sensibilidad literarios o musicales que ahora viven en Israel, hicieron de nuevo de esta jornada un motivo de unidad de pueblos en una cultura hermana y favorecieron crecimiento humano de los asistentes.

Junto a otras manifestaciones musicales por parte de los anfitriones, nuestros músicos acompañantes interpretaron nuestros poemas. Realmente bonito y emocionante. Como despedida, entregamos libros propios para el depósito bibliotecario del Centro, nos tomamos fotos y mantuvimos una tertulia de cierre con café y dulces que nos dejó un rico sabor a hermanamiento y afecto y fue, una vez más, un incentivo a nuestra actividad creadora.

El último día, realizamos una visita a Jerusalén. De la mano del presidente de la comunidad judía en la ciudad, Habraham Haim, amigo de nuestro compañero Miguel Romero, realizamos la visita a las cuatro sinagogas existentes en la zona que les corresponde a los judíos en la atractiva, por innumerables aspectos, y disputada ciudad israelí en Oriente Próximo, base de varias de las religiones más importantes del planeta.

Comida rápida y visita guiada después a la explana de la Mezquita de la Roca, a la del Muro de las Lamentaciones, Templo del Santo Sepulcro, merienda en una residencia estilo decimonónico alemana, otras iglesias, recorrido por las calles bulliciosas y estrechas de los bazares, alguna compra y llegada a la estación para tomar el autocar que nos traía de vuelta a Tel Aviv. Completo, ágil y satisfactorio viaje (Antonio  y yo era la segunda vez que veníamos a Israel) a una de las ciudades más interesantes del planeta.

Tras despedirnos de Margalit, el día 11 regresamos a España. Como todos mis compañeros, cada uno en su destino, yo seguiría con mis actividades.

En octubre emití las bases de participación en la Revista Raíz y Rama Vereda de los Hombres y preparé mis textos para ella (Introducción, artículo y Epílogo). En noviembre di el pregón en La Solana, en la compañía a mi buena amiga Isabel del Rey, presidenta de “Pan de Trigo” y vocacional programadora de los actos de entrega de Premios Nacionales del Grupo solanero durante ya muchos años, en los que he tenido la suerte cuatro veces, la última en 2017 con el Primer Premio.

A continuación, junto a Julio Criado, gestor de la editorial C&G, y Luís Díaz-Cacho, coordinador de la antología, y casi una treintena de poetas presentamos en el libro colectivo Palabra de Poeta, correspondiente al X Encuentro Oretania de Poetas. El acto se llevó a cabo en Piedrabuena.
Después, presentación del magnífico libro Érase una vez… Antología de cuentos clásicos, que edita AMUNI (Amigos del Museo del Niño) de Albacete y coordina Pilar Geraldo Denia, donde tenemos colaboración más de cien escritores de toda España y más de sesenta ilustradores internacionales. Una joya. La presentación oficial corrió a cargo de nuestro querido y admirado compañero Federico Gallego Ripoll.

Antonio y yo nos quedamos, tras los actos, una noche en Albacete y al día siguiente fuimos a visitar Chinchilla de Montearagón con nuestro estupendo amigo albaceteño Manuel Laespada. Después comimos con él e Isa su mujer en un restaurante.

Después de tanto ajetreo, tocaba ahora descanso, preparativos de los días familiares de Navidad y de invierno y revisión tranquila de todo lo escrito aún sin publicar, como el libro de toponimia.

Hemos disfrutado de la casa y de nuestros hijos y nietos y también hemos realizado alguna salida a conocer sitios nuevos. Malagón y el magnífico convento de Santa Teresa de Jesús, en un día que nos llenó el espíritu de arte sacro e historia de la Santa, con visita guiada solo para nosotros, y rica comida en un local de la población; Sierra Madrona después y Valle de Alcudia, un magnífico parque natural que se recorre por carreteras sinuosas casi en soledad, admirando entre otras cosas la milenaria Mina Diógenes de plata y plomo, alcornocales y pinos interminables o el pantano de Montoro.

Llegamos a uno de los pueblos pequeños que se remansan en este paraíso natural, Solana del Pino, lo visitamos, charlamos con algunos de sus vecinos, aprendiendo peripecias de vida antigua en los montes, y compramos productos de gastronomía típica, riquísimos. Un día excelente que concluimos en Puertollano con visita muy agradable a nuestra encantadora consuegra María.

Ahora, a un año de aquellos comienzos en este balance anual, el pasado 23 y 24 de febrero hemos estado en Cuenca. Hace solo una semana que regresamos, de nuevo Antonio y yo, de un encuentro con mis apreciados compañeros de la Asociación. Dos días de estancia en la ciudad del Júcar y el Huécar con Miguel Romero de cicerone que nos ha calentado de nuevo el corazón.




Visita a la catedral con inmejorable explicación de su atractivo artístico por este estupendo compañero, cronista oficial de la ciudad, al casco antiguo, a las sedes de la exposición Bill Viola que finalizaban este día (suerte), a la taberna más típica que visita el rey, al museo de Arte Abstracto con sede en las bellísimas e increíbles Casas Colgadas del siglo XIV, Puente de San Pablo que atravesé mientras Antonio tomaba fotos y se prevenía de su vértigo, la impresionante Biblioteca del Seminario Diocesaneo...
El sábado, Miguel nos invitó a comer en su casa de la hoz, un lugar acogedor con espacios abiertos donde nos reunimos unos treinta de comensales, en un día magnífico al aire libre que paralizó el tiempo y después celebramos la reunión de la Asociación con acuerdos interesantísimos para el año que está en su primer cuarto. Nos preparamos con todo el placer.

El regreso fue espectacular y tranquilo. Después de comer en un restaurante de carretera, cuyo servicio y rica comida nos encantó, pasamos a pueblos de la ruta que no conocíamos y los recorrimos en coche. Nos sorprendió Villaescusa de Haro. Desde aquí nos desviamos a Fuentelespino de Haro por su interés toponímico para mis investigaciones, tomé fotos y continuamos desde aquí a las ruinas romanas de Segóbriga que se nos anunciaban reclamantes, las que todavía no habíamos visitado y estaban en la agenda.


Tuvimos el tiempo justo antes de cerrarse el centro para recorrerlo tranquilos, su Teatro y anfiteatro, diversos restos de la importante ciudad que fue en la antigüedad, ligada a la minería, y ver su museo y la proyección interpretativa del yacimiento. Un inmenso placer para nuestro corazón afanoso por absorber historia y cultura. Como en Cuenca, aquí también compramos un detalle a nuestros nietos en su tienda. Llegamos a la noche a casa, sin prisa y descansadamente tras haber salido de Cuenca a la una y media de la tarde.

Y lo más inmediato, ahora, en este marzo que disfrutamos, con el libro Raíz y Rama Vereda de los Hombres ya en mi poder, cuidadosamente editado, atractivo y muy interesante y a la vuelta de la esquina su presentación en la Biblioteca Municipal Lope de Vega de Manzanares.

Será el próximo día 28 de marzo, este mes en el que, tras haber dejado dormido el blog demasiado tiempo durante casi un año, y a la vez haber sufrido una avería en el ordenador que me ha casi paralizado durante quince días, lo espabilo con esta Memoria que finalizo.

Saludo así a todos los lectores que me hagan el honor con su lectura.

Me dispongo, entre la creación de otros textos, como la participación en la revista Campo de Montiel, a hacer que ese momento de presentación al público de esta obra colectiva sea de plena satisfacción para todos los participantes, un manojo magistral de excelentes pensadores.
Pues aquí lo dejo, hasta otra noticia o balance de actividades.

Un abrazo.
Isabel Villalta

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