Crónica de otro tramo de la
luz del saber.
En Raíz y Rama-Vereda de los Hombres
Raíz y Rama-Vereda de los
hombres (nº 8) volvió a reunir en la Biblioteca Pública de
Manzanares a un grupo de creadores con un pebetero llameante en sus palabras.
Lo acompañaba otro grupo que sí percibe la llegada de la tempestad, la
presencia face à face de la lluvia luminosa, lectores o público que se
prestan corteses, generosos y humildes a presenciar la manifestación.
Vinieron los autores del lugar
o de ciudades alejadas a traer su porción de brasa y anunciar en un soplo breve
y contundente el perfume de sus hierbas aromáticas regadas de sabiduría, de
lluvia que lenta y silenciosa se viene preparando en sus privilegiados escritorios
y estalla y se consolida en esta publicación, Raíz y Rama. Una
revista-libro-tesoro que se presta sin beneficio crematístico apenas, como todo
lo valioso, a difundir en el ambiente de todos los paisajes certezas de
diferentes ciencias.
En la ceremonia, tan solo dos
resplandores no pudieron estar presentes por excesiva lejanía geográfica, barcos
por medio, aunque en el estuche está entera y concentrada junto a los demás
también su luz.
Abierto el acto por el concejal de Cultura, Candi Sevilla, y tras un escalofrío en mis palabras por la maligna y anacrónica guerra en Ucrania y mis saludos y agradecimientos, estuvieron el Homenaje que rinde la revista, esta vez a la isla de La Palma por el desastre del volcán durante el otoño de 2021 y el acompañamiento musical de un genial acordeón apretado al pecho sensible y maestro de Agustín López; la Antropología, brevemente en mi referencia porque el autor, el profesor ceutí Ramón Rodríguez, de intelecto y amabilidad excelsos, no pudo venir, para preguntarse quiénes somos, de dónde venimos y adónde vamos desde el gran reto de la cultura; la Arquitectura y sus hallazgos arqueológicos inesperados en Manzanares con el experimentado arquitecto Diego Gallego; la Enseñanza y su expansión en Marruecos en lengua española de la mano del profesor José Miguel Hernández; la Etimología de Sierra Morena y Despeñaperros, que despeja todas las dudas de su significado, desde el silencio de quien suscribe y dirige con la modestia necesaria el camino que decidió una vez abrir; la Filosofía y su imprescindible apoyo, no ya solo a la supervivencia humana, sino al conocimiento y la evolución de uno mismo y de la sociedad desde la labor docente de larga trayectoria de Julia Flores; la Criptografía, lo mitológico, un amuleto de salvaguarda tallado en piedra a ras de atenta mirada también en Manzanares, flanqueando una puerta común y principal, del fino observador Manuel Gallego; las mágicas pinceladas cromáticas sobre esta misma población ciudadrealeña del joven artista y profesor Gonzalo Serrano; las ciencias de la matemática y el lenguaje combinadas abriendo caminos humanos desde el indoeuropeo, situándolas en las zonas del cerebro desde la física y la pedagogía estudiadas por el gran profesor universitario en varios países Juan Parera; la música popular y de salones del acordeón que surge del sentimiento y el estudio de investigadores y aporta Agustín López; el empeño de la buena política en favor de los jóvenes tras las crisis para abrirle a este colectivo social de la esperanza caminos de futuro, investigado minuciosamente y con la misma fiabilidad, en su caso en conexión con las instituciones pertinentes, por Resti Contreras; el desprecio de la mujer a su mayor degradación en el país del Congo, que hace visible como denuncia sociológica mundial Julián Gómez-Cambronero; los beneficios para el desarrollo humano del trabajo, una inquietud innata que se ha de desenvolver con alegría, por donde la felicidad se filtre hasta la médula, aportado por José Simón; finalmente, el gusto de tantos viajeros de diversos países por descubrir en sus espacios naturales a don Quijote de la Mancha, desde donde Cervantes llevó a cabo su genial alegato a la libertad y la sabiduría humanas y expandió por el mundo esa máxima que ha de vivir en todo ser humano, un estudio realizado por la cervantista Pilar Serrano.
La exposición de viva voz de tanta llama, de tanta lluvia beneficiosa, esa tarde noche del viernes 18 de marzo pasado, estuvo acompañada como siempre de proyecciones relacionadas con las disciplinas. Un ameno acto y su fulgor para que sea tenido en cuenta por quienes quieran apreciar, ya en el libro sin tiempo limitado ofrecido en librerías, el trabajo bien hecho de diversos colaboradores, magníficos estudiosos y grandes personas, en la realización de la publicación Raíz y Rama. La que esta mujer que termina la crónica fundó y dirige como un honor que le ha proporcionado la naturaleza, así como la confianza de otros autores a los que aprecia en lo más íntimo.
Gracias.
© Isabel Villalta
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