No en los frentes de luchas sin sentido
(engarzo a mi apreciada María Antonia)
aquellos remolinos atizados por ellos
en tantas geografías de tantas destrucciones
(desde Siria o Rabat o Camerún).
Como una mariposa hasta abrasarse
(sí tomo aquí Darío –el poeta-),
alegre modernista hasta ese momento
del tiempo amordazada,
ella gira en los focos de luz.
Mujeres desde Hipatia que recorro
también por los solares griegos,
en La escuela de Atenas (Rafael)
y enciende todo el cuadro su mirada
o Egeria desde Hispania.
Mujeres medievales con cuentos y recetas
de fragancias alegres
protectoras de llaves del hogar,
fuera de cabalgadas que arrasaban los campos.
Mujeres Montesori, Cenobias, Moliner
Rosalías o Claras Campoamor…
Amor, las que hacen nido y fuego de cobijo
y fuerza y libertad
la antorcha hacia los cielos.
Mujeres cada día las madres de la vida.
A ellas, y a mis amigas, para ellas, Reyes, Rosa, Teresa, Maribel, María Antonia, Trini, Pilar, Mariana, Carmen, Filo, Alicia, Pepi, Isabel, Lourdes, Mari, Nieves, Diana, Presen, Juana, Marina, Mari Carmen, Victoria…
Un beso a todas las mujeres.
Isabel
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