El pasado domingo 16, de este mes de agosto, presenté en el Casino Manchego de Membrilla mi último libro, Viaje al conflicto.
Juan José Guardia Polaino me acompañó en el acto con su vibrante, firme y singular palabra, y la aprehensión entera del poemario.
Este es su texto.
Buenos días!
¡Estarán Uds. conmigo en lo beneficiosa que es para el alma la alta satisfacción que produce el hermoso ímpetu de la amistad! Bien, aseverada esta apreciación, que obedece al motivo y a la persona que hoy me trae aquí, entro en lo que solemos decir: “en materia”.
Isabel Villalta Villalta es ese motivo.
Días atrás, esta noble escritora y amiga que hoy nos convoca a este auditorio para la cultura me hizo la proposición de ser yo quien le hiciera la presentación, “la puesta de largo” -que diríamos en otros pretéritos tiempos- de su nuevo libro de poesía.
Y aquí está mi palabra solapando la suya: de poeta a poeta, de sentimiento a sentimiento; y en las tristezas, olvidos, héroes, orígenes y silencios, lo idéntico y en igual certeza y condición.
El libro que hoy nos ofrece Isabel, viene en brazos de la poesía mal llamada social: todo es poesía social, todo es poesía del sentimiento y del dolor, del triunfo y del desastre; el amor también es una forma de dolor...
Hablarles de Isabel Villalta Villalta es decir de una poetisa que tiene un currículum ancho y generoso. Esto es sabido, o debería de serlo, por todos cuántos remolineamos en rededor de su licencia de escritora, poeta, investigadora...y por supuesto de sus múltiples actividades, que la avalan como persona dinámica y comprometida, con proyección y sin fronteras, desde esta hermosa Mancha estoica y desolada, y desbordada luz, capaz de nutrirnos el alma más allá de la sed.
Por tanto...la versatilidad es el don del que ha sido investida Isabel para todas cuantas acciones culturales es capaz de desarrollar. De manera que solo voy a iniciaros en la esencia de su poemario. Poemario que es un grito dolorosísimo y magnífico en su interacción fiel a la historia de los hombres; contrapunto de una sociedad acomodaticia que solo se expresa en la delgadez de sus magníficas exposiciones de palabras florales e indolentes.
El poemario tiene por título: VIAJE AL CONFLICTO, y en él nos propone su autora legitimar un lenguaje especial y distinto, un lenguaje que duele, un lenguaje que -desgraciadamente- ya existe entre las gentes de este “güeto” que habitamos en la vida, por donde se arrastra nuestra existencia; la calle es el cotidiano campo de batalla; la lengua que nos delata, es un delito en toda regla; las consignas nos preceden; el dolor airea sus gallardetes, y las almenaras vocean la furia de su fuego intemporal...Somos el segundo jinete, el que trae la peor de las muertes en forma de guerra: el dolor que acude a lomos de su caballo piafante, oscuro y atávico.
El libro retrata todos los tiempos; los tiempos olvidados a la ternura, y la pragmática resolución de los otros seres fanáticos que borran las huellas de personas, lugares y tiempos, y hacen crónica del horror. Inmolarse es -a veces- escribir la memoria ante la muralla del olvido.
Yo felicito a Isabel porque aún guarda el latido frenético con el que los poetas de raza solemos escribir y denunciar. Una auténtica “paparazzi” del horror, donde retrata, escribe y describe la crónica testamentaria de un VIAJE -su viaje- AL CONFLICTO.
Poseen estos versos la fórmula para que su generalizada denuncia se convierta en aguijón o mordisco contra la herejía de los cánones establecidos.
Quiero decirles nobles amigos, que esta mujer-escritora, guerrera feroz cuando le importa la tristeza y el olvido, nos ha traído su impronta sapiencia, en formato de
realista historia nunca resuelta. Hay que meterse en la entraña de este doloroso relato que hace de la intimidad y del instinto de sus anónimos personajes, la historia más alucinada que podamos imaginar.
En VIAJE AL CONFLICTO, Isabel Villalta Villalta se hace íntima y soterrada, para después aflorar a la luz un sentimiento vivaz y cargado de fértil sentimiento expresivo.
Obliga la lectura del libro a no parar en el intento de discurrir sobre nuestra propia existencia; nosotros hacemos la historia; la trama de nuestra vida queda invadida de calambres; y contamos con la muerte de nuestro lado porque los hombres solo sumamos agónicas manos huérfanas de tutela y luz.
Yo he de confesarte Isabel (y tú lo sabes) que como poeta de lo universal, me siento más identificado con aquéllos textos a los que se les destapa su vena más visceral; esos versos que llegan manchados y manchando, desde su enorme carga social y de denuncia. Y este es un libro básico para conocerte. Así pues, nos encontramos ante un libro terriblemente vivo, donde se afincan los distintos universos que conforman el amor, la amistad, la traición, el poder, la envidia, la avaricia, la mentira, el dolor... todos traspasados por la tiranía de un conflicto que se nos ha hecho huésped en la galería de nuestra alma y que nos convierte en hombres enterradores de almas.
Yo les digo, que Isabel es buena relatora; que posee la llave maestra para entrar, sin linterna, en el reino del corazón de los hombres, adonde habitan raras y fundamentales piezas que sustentan la vieja maquinaria de la historia. Y que en esa búsqueda nos queda siempre el poso de la ilustración de sus palabras, hoy terribles en su conflicto, mañana quizás preparadas para zambullirse en aguas trasparentes y no en sangre asediada de balas.
Y aquí, en VIAJE AL CONFLICTO, se da esa intención. Isabel buscó y consiguió.También la lucidez literaria y el desarrollo emocional, hacen que el libro nos clave su aguijón y nos vaya acaparando -absorbiendo diría yo- la atención.
Nobles amigos, esta es poesía desde el dolor para la luz; un libro escrito para poner al hombre en la justa estatura de su historia personal. Retrata, a dos bandas, la complejidad y simpleza del ser humano: su luz y su sombra, el triunfo de la vida o la trinchera, el horizonte pleno y sin fronteras, o la bufonada de brindar a unos dioses sus ritos y batallas.
Qué sinsentido esta tragedia que vive en el hombre, que nace en él, que le hiere y lo envalentona...y absurdamente lo abisma. ¿Qué virus se nos inoculó que nos obliga solo al dolor?
Hartos deberíamos estar en ser solo héroes en la tristeza... La guillotina del tiempo hace su cosecha, porque los hombres seguimos buceando subterfugios en la tierra, somos topos ciegos en la oscuridad de los tiempos.
Por tanto, larga vida a este nuevo libro de Isabel Villalta Villalta que a la sazón es un “íntimo diario desgarrado” esperando ser un “ente” invadido de luz, esa luz que hoy los hombres nos afanamos en buscar y no encontramos.
Yo os recomiendo la lectura de estos versos; leedlos como se lee la poesía: ternura, rabia, corazón abierto y luz, y un poco de dolor sobre el costado...esa es la auténtica manera de leer poesía!!
No podía acabar la breve presentación de este poemario de Isabel -este triste compendio de horror y tristeza- que con un poema. Después del dolor vivido, es un hermoso canto de esperanza que titula: LA VOZ DE LA PAZ EN EL REGRESO, y viene como una epifanía, tocado de luz y de laureles. Me tomo la licencia de leerlo. Yo fui -y soy- uno de esos habitadores de esta sempiterna guerra, y esta es mi otra manera de gritar la rabia.
¡Gracias y enhorabuena Isabel!
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