Lecturas para la Presentación de Cántiga en Membrilla. 12 de mayo de 2017
Isabel Villalta
Cinco, seis poemas, breves, sencillos.
Escribo poesía para explicarme a mí misma, mis versos llevan casi siempre una herida sutil que a mí misma me hiere, un deseo tal vez de alcanzarme.
Mis composiciones emanan, quizás con más facilidad, de experiencias íntimas, vividas a pie de patria o en cualquier otra parte del mundo y del conocimiento; o también son una mirada adrede a nuestra memoria, a nuestro patrimonio cercano o también el universal, con intención de protegerlo y mejorarlo; o, sencillamente, para extraerles la luz que contienen.
Empecé en la segunda mitad de los ochenta. Son unos treinta años encontrando momentos de felicidad en la escritura. En 1999 di a los lectores mi primer libro, que reunía poemas de esos años anteriores. Un librito doméstico. Lo encuadernó mi marido. Diálogos, lo titulé (ya estudiaba a Platón). Una antología “íntima, sencilla y transparente”, así más o menos la calificaban en su día Juana Pinés y Jerónimo Calero en distintas publicaciones.
Hay anécdotas con poesía, poesía espontánea (p. 21: “Suceso extraordinario”)
En 2007 llegó Donde habita la inocencia. Tenía, tiene una dedicatoria: “A todos los que experimentan humildad ante un gesto de inocencia”.
(“Doliente pérdida”, p. 17)
Sin esfuerzo, como una corriente natural que me recorre desde que llegué al mundo, me sumergí ahora en el alma de los agricultores de mi pueblo, de los manchegos en su conjunto, hombres que trabajaron el campo con los métodos ancestrales y sacaron a esta región adelante en tiempos muy duros. Me inspiré, claro, en mi padre, a él iba dirigida primeramente mi mirada de cariño. Pleno de su luz. Estirpe campesina manchega. Apareció en 2010. Lo prologó Jerónimo Calero. Entre otras, cita de Valentín Arteaga: “La Mancha está creciendo sobre tu piel salvaje/ como una enredadera de roja calentura” (p. 38: “Iluminación”).
-Pasan los años por mi existencia y por mi cuerpo, y en 2013 aparece A través del otoño. A Pablo Méndez le gustó, colección Baños del Carmen de Vitrubio. 2013.
(p. 22: “Inexorable”, le digo al otoño).
-En 2015 ofrezco Viaje al conflicto, inspirado en mi amigo Manolo Laespada, nuestro gran compañero. Lo prologó, con todo el brillo y penetración de su pluma, Federico Gallego Ripoll; y entre otras, lleva una reseña, precisa, de nuestro querido Nicolás del Hierro, fallecido el pasado enero. Lo presenté aquí en Membrilla muy bien acompañada por Juanjosé Guardia Polaino, y con las voces de Amalia, Vicente y Alicia del grupo local Airén (desde aquí, ahora, quiero felicitar a Amalia y Vicente por su reciente nombramiento de Distinguidos; los distingue sobretodo lo buenas y amables personas que son). También lo presenté en Ciudad Real, entre otros acompañada de Diana Rodrigo.
(“La voz de la paz en el regreso” p. 70)
De mis poemas en CÁNTIGA, ya para terminar, voy a leer el titulado “Elevación”, que es el más breve. No son poemas gratuitos ninguno de los que aparecen en estas páginas, están escritos desde la entrega más honda, respetando el instante del prodigio, mi identidad creadora y las consecuencias vitales y personales.
Elevación es la búsqueda del clásico locus amoenus, de la fuente paradisiaca. Aunque convivo en armonía y unidad positiva: (me relaciono con el mundo aunque tenga perro, en mis clases enseñaba tal vez más de lo que me correspondía, pago los impuestos…), pero, como todos alguna vez, también busco los lugares apartados. En este poema la naturaleza y yo nos trascendemos juntas.
Finalizamos con la excelsa interpretación de una Romanza. Ensemble Various.
Muchas gracias.
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