Luz de invierno, libro de poemas del poeta de Valdepeñas Tomás Megía Ruíz-Flores, 2016, edición del propio autor, recoge entre sus páginas una poesía cautivadora, sensual, viva. Una poesía que atrapa, como entre un velo emocionado de nostalgia, el instante de las pasiones, de los deseos. Es voz, silencio, estremecimiento. Poesía palpitante intensa en la que el poeta tiene presente a una mujer a la que ama, con la que comparte en la realidad o el sueño la fascinación del amor, del amor total hasta la carnalidad de sus plenitudes. El libro contiene intensidad de luces y de sombras, es poesía ágil, delicada en su violencia pasional, vital, necesaria. Poesía fresca, poesía que enamora. Tomás Megía es poeta de la excitación cotidiana, hermosa, sensitiva hasta lo más hondo de la piel de la vida en pareja.
A Tomás Megía lo he descubierto por medio de Cántiga, compañeros que somos, entre tantos queridos poetas, en esa publicación colectiva que nos está uniendo, además, a los creadores líricos de la provincia de Ciudad Real. Y con este libro, Luz de invierno, que me lanzó como un exquisito alago a la mesa de presentación de esa Antología en Membrilla, el pasado 12 de mayo, mi admiración por su temblor y su estilo de auténtico poeta es ya, creo, inquebrantable.
Leer su poesía, sus poemas varoniles y amantes, puede hacer sentir a cualquier mujer, me atrevo a asegurar, misteriosamente feliz.
Te regalaré, en correspondencia, voluptuoso Tomás, mi libro también de poemas A través del otoño (Vitruvio 2013), por las similitudes que comparte con el tuyo; y, creo, queriendo quedarme en la luz de tu invierno.
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