INTRODUCCIÓN
Tal vez por esta duda, que a continuación voy a exponer, de reconocimiento tácito de la existencia de una Marmaria antigua en los orígenes de Membrilla cometa inconsecuencia de fidelidad por ser éste mi lugar de nacimiento. Nada más lejos de mis íntimas intenciones; aprecio a mi pueblo lo suficiente como para alegrarme por cualquier principio noble en los orígenes de su historia y su identidad y defenderlo. Pero, realmente, que esa suposición referida en unas fuentes literarias dadas a conocer a finales del siglo XIX que no dan pruebas fehacientes de su existencia 1, no averiguada hasta la fecha en excavaciones arqueológicas científicas, frente a un estudio etimológico hace ahora nueve años publicado que prueba la ascendencia lingüística del topónimo actual 2, siga siendo motivo para tener ese mítico nombre de lugar como posible etimología primera del consolidado por los documentos, mapas o escritura a través de los siglos y en segundo lugar éste mismo, o bien dudando entre las dos alternativas con una muestra como de desconcierto 3, me parece un defecto de atención al contenido de los estudios garantizados actuales o, más grave, tal vez de impenetrada desconfianza en ellos frente a la incondicional creencia en obras antiguas vagas o de insuficiente precisión.
Quiero aclarar en este trabajo, por tanto, lo impreciso y dudoso de ese “posible” enclave poblacional, defender el origen lingüístico bien argumentado del resultado Membrilla y que mi lugar de nacimiento diferencie, como aspecto a su favor, entre fuentes seguras de ascendencia o las que se ofrecen, en una lectura detallada, como solo supuestas o imaginadas.
Este estudio último etimológico, único hasta la fecha sobre el nombre de Membrilla, tiene como soporte, además, la prueba más evidente del motivo del topónimo en la existencia del Cerro del Espino, a partir del nombre que en latín se le daba a estas pequeñas elevaciones del terreno, mammulla (´mamita´ o ´pequeña mama´), distintivo como tantos otros, llegados por ejemplo de la flora, que servían de orientación inequívoca, sobre todo en Castilla, para formar los nombres de lugar.
Voy enseguida a la cuestión, no sin antes señalar también, quizás como exculpación y como defensa de ese defecto (podemos llamarlo así), que ocurre esto en casi todos los lugares con su historia verdadera (pensemos, a un paso de nuestra localidad, en la creencia popular de que unos caballeros llamados Sagasti fueron los fundadores de la población de Manzanares, hecho para el que tampoco los historiadores encuentran pruebas); incluso con los cimientos que sostienen nuestra cultura más general o universal, adaptados muchas veces a intereses o a la fe seguidora de las gentes que se adaptan a lo predicado; es muy difícil enlazar los intrincados hilos de la historia y las generaciones a través de los siglos y sus vicisitudes y llegar sin error a los orígenes.
Reconozco igualmente, por qué no decirlo, que el apoyo oficializado del dato literario se debe sin duda, en parte, al orgullo de comunidad que, una vez publicado y observado, no quiere perder el reconocimiento de supuesta remota antigüedad, además con aura de abolengo o nobleza, que anima su hecho y, en parte, al respeto y contención que inspira el despliegue generalizado que se llevó a cabo en investigación histórica en los municipios de nuestra provincia a partir del citado Diccionario de Hervás. Aunque, observemos, es tal el grado de autosugestión en nuestra localidad de que pudo existir esa Marmaria antigua, que se le ha dado ese nombre a una calle y al Instituto de EM del municipio. Pero, no lo olvidemos, hay que reconocer que esta realidad sostiene más el carácter mítico del enclave y, tal vez, el deseo de creer en la antigüedad de nuestra población perdida en supuestos límites de cierta nobleza” 4. Ello, insisto, en defecto de la confianza en las fuentes razonadas y en los documentos reales (firmados en la localidad desde el siglo XIII) que dan seguridad de identidad poblacional.
Todo, en fin, independientemente de que esa mama de la tierra o motilla del Cerro del Espino que identifica a Membrilla, incluso otras próximas cercanas al río en nuestro entorno (cerrillo de San Cristóbal, por ejemplo), como es lógico y ha habido a lo largo de la memoria pruebas, albergasen enclaves de población alejados o más cercanos en el tiempo. Eso lo defiendo como la realidad del agua del río Azuer y la vida que sostiene.
Este trabajo que expongo, por tanto, es el resultado de una observación pudorosa de los diversos datos que se pueden manejar, incluso conversaciones con estudiosos o personas curiosas por averiguar posibles señales de la identidad poblacional más antigua del municipio, que han hecho, sobre la hipótesis, someros trabajos de campo con un resultado, si no escéptico, no esclarecido igualmente (remito a conversaciones con Pedro Almarcha Jiménez, Antonio Arroyo Villa o Cosme Jiménez Villahermosa).
No obstante, también, no descarto que haya quien, más pronto o más tarde (aunque habría que remover por completo la tierra del cerro o la de otros posibles núcleos, y eso ni en época de todas las bonanzas y libertades se ha planteado), me pueda refutar de forma demostradamente cierta mi consecuente escepticismo de ahora acerca del tema al menos arqueológico, que por su indeterminación literaria puede considerarse, como digo, mito, lo cual me llevaría a disculparme y aplaudir el resultado que confirme mi error.
Por todo, voy a exponer mis razonamientos desde esos estudios e informaciones consultados, como defensa del seguro origen toponímico respecto al resultado Membrilla y del bien entender de mi localidad de nacimiento.
Ilustración de Pier María Baldí
4 La fuente decimonónica dice que el nombre Marmaria puede venir de mármol, o que este ficticio enclave pudo ser colonia griega, y también que pudo adoptarse el topónimo como importación de fundadores del mar de Mármara… (los subrayados son míos).
1 HERVÁS Y BUENDÍA, Inocente. Diccionario histórico, geográfico, biográfico y bibliográfico de la provincia de Ciudad Real. Ciudad Real 1914.
2 Primeras referencias en GODOY ALCÁNTARA, José, y primer estudio lingüísticamente completo en VILLALTA VILLALTA, Isabel. El topónimo Membrilla y su gentilicio membrillato. Soc. Casa Bruneto 2005.
3 En la Wikipedia puede leerse: “El origen del nombre de este pueblo es confuso y existen varias teorías que pretenden dar explicación de ello”.
2 Primeras referencias en GODOY ALCÁNTARA, José, y primer estudio lingüísticamente completo en VILLALTA VILLALTA, Isabel. El topónimo Membrilla y su gentilicio membrillato. Soc. Casa Bruneto 2005.
3 En la Wikipedia puede leerse: “El origen del nombre de este pueblo es confuso y existen varias teorías que pretenden dar explicación de ello”.
4 La fuente decimonónica dice que el nombre Marmaria puede venir de mármol, o que este ficticio enclave pudo ser colonia griega, y también que pudo adoptarse el topónimo como importación de fundadores del mar de Mármara… (los subrayados son míos).
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